¿Capitalismo Verde? Breve reflexión desde un ecofeminismo crítico

 


"El capitalismo verde sólo servirá para convertir más y más partes de la naturaleza en propiedad privada y mercancías" María Mies.

El capitalismo verde o sostenible es una propuesta que busca conciliar el crecimiento económico con la protección del medio ambiente, mediante la incorporación de criterios ecológicos y sociales en las actividades productivas y de consumo. Sin embargo, desde una perspectiva ecofeminista, esta propuesta es insuficiente y contradictoria, ya que no cuestiona las raíces del problema: la explotación de la naturaleza y de las mujeres por parte del sistema patriarcal capitalista.

El ecofeminismo es un movimiento y una corriente feminista surgida en los años 70 que ve una conexión entre la explotación y la degradación de la naturaleza y la subordinación y opresión de las mujeres. Es decir, es una teoría y praxis del feminismo y el ecologismo. Dentro del ecofeminismo, existen diferentes enfoques y debates, pero en este artículo nos centraremos en el ecofeminismo crítico o ilustrado, que se basa en el análisis materialista de la realidad económica y social, y que critica las visiones esencialistas o idealistas que atribuyen a las mujeres una afinidad natural con la naturaleza.

Feminización de la Naturaleza y Naturalización de las Mujeres

El ecofeminismo crítico parte de la hipótesis de que los sistemas de dominación surgen a partir de una idea distorsionada de las diferencias sexuales entre hombres y mujeres, que son utilizadas para justificar y naturalizar la apropiación histórica por parte de los hombres de la capacidad reproductiva de las mujeres. Esta apropiación se extiende también a la naturaleza, que es feminizada como “madre tierra” cuyos recursos son ilimitados y disponibles para ser explotados. Así, se establece una relación opuesta y jerárquica entre cultura/naturaleza, hombre/mujer, razón/emoción, producción/reproducción, etc., que legitima la violencia y la desigualdad.

La feminización de la naturaleza y la naturalización de las mujeres son dos procesos que legitiman la explotación y la opresión de ambas por parte del sistema patriarcal capitalista. Estos se basan en la idea de que las mujeres y la naturaleza tienen una afinidad esencial, que nos hace más frágiles, sumisas, emocionales y reproductivas, mientras que los hombres y la cultura tienen una superioridad racional, científica, productiva y dominante. Esta corriente feminista surge de las tempranas observaciones hechas por Simone de Beauvoir en El Segundo Sexo (1949):

"La naturaleza entera se le presenta como una madre; la tierra es mujer; la mujer está habitada por las mismas potencias oscuras que la tierra" 

Simone señala que esta supuesta relación esencial era una forma de justificar el dominio masculino sobre las mujeres y la naturaleza. Ella afirmó que las mujeres no estamos atadas ni determinadas por nuestra biología, sino que somos el resultado de una situación histórica y social. 

El ecofeminismo es un movimiento y una corriente feminista que retoma las críticas de Beauvoir y las amplía a una dimensión ecológica y política:

"La actividad masculina, al crear valores, ha constituido la existencia como valor en sí; ha vencido a las fuerzas confusas de la vida; ha sometido a la Naturaleza y la Mujer. Tenemos que ver ahora cómo esta situación se ha perpetuado y ha evolucionado a través de los siglos." Simone de Beauvoir

Es así como el ecofeminismo ve una conexión entre la crisis ambiental y la situación de las mujeres, y propone superar el androcentrismo que sustenta el sistema patriarcal capitalista. El ecofeminismo defiende el valor del trabajo concreto, el cuidado, la cooperación y la diversidad como principios éticos y políticos para construir otro mundo posible.

Por otra parte, la destacada activista y feminista comunitaria boliviana Adriana Guzmán, cuestiona la feminización de la tierra como una forma de subordinación y explotación colonial:

"Cuestionamos la feminización de la naturaleza, del asumir que la Pacha es madre. Pacha es tiempo, es espacio, es el todo, es una cualidad de autoridad, no es mamá, no es pacha mamá, madre tierra. Entonces, así como tú hablas de feminización de la pobreza, hay una feminización de la naturaleza para justificar su subordinación y su explotación. Es un entronque patriarcal ancestral previo a la conquista y de un pacto entre este y el sistema patriarcal colonial."

Las Críticas de María Mies y Vandana Shiva al Capitalismo Verde

María Mies y Vandana Shiva son dos autoras y activistas ecofeministas que han criticado el patriarcado capitalista y proponen la economía de subsistencia, propia de las culturas campesinas, como una alternativa basada en el cuidado, la cooperación y la conservación de la agrobiodiversidad y saberes de las mujeres.

La socióloga María Mies señala el origen del concepto de capitalismo verde como una falsa solución a la crisis climática. 

"El último avance en esta estrategia para que el capitalismo se vuelva ecológico es la iniciativa planteada por Stephan Schmidtheiny, empresario multimillonario suizo, que ha creado y dirige el Consejo Empresarial para el desarrollo sostenible. Schmidtheiny y su consejo empresarial elaboraron una estrategia con la que mostraban cómo la industria debía combinar en el futuro el crecimiento con una producción responsable desde el punto de vista ecológico. Pero las relaciones inherentes al consumo y la producción de mercancías, que en el fondo son contradictorias, no se critican. Tampoco se critican los principios básicos de la producción capitalista, la competencia generalizada y la necesidad del sistema de crecer de forma permanente. Al contrario, la ecocomercialización y la ecofinanciación son consideradas una nueva área para la intervención, una nueva oportunidad para ampliar la producción y comercialización de mercancías."

Vandana Shiva en su libro Unidad Versus el 1%, denuncia la tercera revolución verde basada en la biología sintética  ya que se apropiará de los bienes naturales comunes de los pueblos para fabricar biocombustibles, productos químicos, carne falsa y plásticos. Las megacorporaciones y a las instituciones internacionales que promueven una nueva economía verde que en realidad es patriarcado renovado: 

"La tercera Revolución Verde, basada en la biología sintética, se apropiará de la biomasa de los pobres aún vendiendo "vida artificial". Hay una dura competencia por los recursos de la Tierra y la propiedad de la naturaleza. Las grandes empresas del petróleo, productos farmacéuticos, alimentos y semillas están aunando esfuerzos para apoderarse de la biodiversidad y la biomasa - el carbono vivo - con el fin de ampliar la era de los combustibles fósiles y el carbono muerto.

Les gustaría hacerse con la riqueza viva del planeta para fabricar biocombustibles, productos químicos y plásticos, lo cual despojará a los pobres de las auténticas fuentes de vida y sustento. Los instrumentos del nuevo desposeimiento son diversas herramientas tecnológicas de ingeniería genética y biología sintética así como los derechos de propiedad intelectual."

En definitiva, este capitalismo verde o sostenible en realidad es sostenido por las mujeres y la tierra. No es más que una estrategia de las megacorporaciones en alianza con instituciones como la ONU y la FAO; quienes promueven “hacer las paces con la naturaleza" y "cuidar a nuestra Madre Tierra" mientras que abogan por renovar la maquinaria industrial para perpetuar un crecimiento económico que en esencia es injusto y excluyente. ¿No parece sospechoso que ultra ricos como Bill Gates promuevan productos como la carne falsa dentro del contexto de una nueva "economía verde" a gran escala como soluciones a la crisis climática? ¿Cuánto de esto ha permeado hoy en los movimientos ecologistas y feministas?

¿Qué propone el Ecofeminismo?

El ecofeminismo crítico propone superar esta lógica androcéntrica, y recuperar el valor del cuidado como principio ético y político. El cuidado se entiende como una práctica material y simbólica que implica el reconocimiento y la satisfacción de las necesidades humanas y no humanas, así como el respeto por los procesos ecológicos del planeta. El cuidado se opone al paradigma del crecimiento ilimitado, el individualismo competitivo y el consumismo depredador que caracterizan al capitalismo.

Por otra parte, el ecofeminismo hace mucho hincapié en que el cuidado no es una cualidad innata o exclusiva de las mujeres, sino una responsabilidad social que debe ser compartida por todos los seres humanos. El cuidado implica también una transformación radical de las estructuras económicas, políticas y culturales que sostienen el sistema capitalista y patriarcal. El cuidado requiere una democracia participativa, una "democracia de la Tierra" (Vandana Shiva), una economía solidaria, una educación emancipadora, una cultura diversa y una ecología integral.

El ecofeminismo crítico nos invita a cuestionar el capitalismo verde como una falsa solución a la crisis socioecológica que vivimos, y a construir alternativas basadas en el cuidado de la vida, la regeneración masiva de los ecosistemas dañados y la re-integración armónica de los seres humanos a los ciclos de la naturaleza. El ecofeminismo nos ofrece una visión holística e integradora que pone en el centro los conocimientos y el trabajo de las mujeres, así como valores de justicia, la igualdad y la solidaridad. El ecofeminismo nos reta a cambiar nuestra forma de pensar, sentir y actuar en el mundo.

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